Messi decide entre gigantes
El Barcelona protagoniza un excelente remonte en un partido muy bien jugado por el Villarreal ● Rafinha, autor del segundo gol, el mejor aliado de los delanteros azulgrana
Ramon Besa El País
1 FEB 2015
g
Messi y Neymar siguen contando goles, incluso en las noches más
difíciles, y el Villarreal continúa jugando muy bien, también en el Camp
Nou. Anoche se batió con grandeza en un excelente partido con el Barça.
La hinchada acabó tan cansada como los jugadores después de un
ejercicio trepidante y agradecido en la Liga. No está el Barcelona para
concesiones ni Messi para ceder terreno en ausencia de Cristiano
Ronaldo.
El 10 apareció cuando era necesario, en las tres jugadas de gol,punto
final después de que Luis Suárez se cegara ante Asenjo. El uruguayo
pone en juego los balones más imposibles, le da continuidad al fútbol
para Messi y Neymar, y en cambio no atina en el remate, tampoco ante
Asenjo. El argentino marcó las diferencias en un plantel enfebrecido y
muy bien orientado por Rafinha.
Barcelona, 3-Villarreal, 2
Barcelona: Bravo; Alves, Piqué, Mascherano, Alba; Rafinha (Rakitic, m. 88), Busquets (Mathieu, m. 71), Iniesta; Messi, Suárez (Pedro, m. 78) y Neymar. No utilizados: Ter Stegen; Xavi, Sergi Roberto y Adriano.Villarreal: Asenjo; Mario, Musacchio, Víctor Ruiz, Costa; Bruno, Pina (Trigueros, m. 76), J. Dos Santos (Moi Gómez, m. 85), Cheryshev; Vietto y Giovani (Uche, m. 89). No utilizados: Sánchez; Dorado, Rukavina y Gerard.Goles: 0-1. M. 30. Cheryshev desvía un chut de Mario. 1-1. M.45. Neymar remacha ante Asenjo. 1-2. M. 51. Vietto recibe de Giovani. 2-2. M. 53. Rafinha, tras un rechazo. 3-2. M. 55. Messi, desde fuera del área.Árbitro: Vicandi Garrido. Amonestó a Bruno, Dos Santos y Rafinha,65.005 espectadores en el Camp Nou.
Los dos resultaron capitales para abatir a un Villarreal en racha,
excelente, muy bien organizado, futbolísticamente rico, plagado de
jugadores sutiles y tácticos, bien dirigido por un técnico que no
encuentra la manera de ganar al Barça, ni siquiera cuando tiene el
partido de su parte, como pasó por dos veces, una afortunada y la otra
por mérito de Giovani.
El partido empezó con el balón a pies del Villarreal y una
recuperación de Messi. Así acostumbra a ser cada jornada desde que el 10
tomó el liderato del Barça. El delantero argentino interceptó la pelota
para después asistir a Luis Suárez, más tarde regatear con un arrastre a
Cheryshev y finalmente combinar en un palmo con Neymar. No hubo ni
ocasión ni tiro, sino una declaración de las intenciones del Barcelona.
A partir de Messi, los azulgrana acamparon en campo del Villarreal y
buscaron la profundidad de los laterales, la entrada de los interiores y
la definición de Suárez. A la intensidad y velocidad del fútbol
barcelonista, sin embargo, les faltó desequilibrio, un punto de pausa y
finura, sobre todo por parte del 9, tan esforzado y bien puesto como estéril, negado hasta en tres tiros ante Asenjo.
Agresivo en ataque, también funcionaba la transición defensiva en el
Barcelona, de manera que al Villarreal no le quedó más remedio que
aplicarse en su área, excelente en las ayudas, empeñado en enfriar el
encuentro por más ritmo que le pusiera el combativo Barça. La presión
funcionaba tan bien como mala era la precisión en el último pase o
también en el tiro, necesitado el equipo de que rematara Messi.
La hinchada del Camp Nou aguardaba el gol con insistencia cuando en una salida del Villarreal, a la media hora, Mario enganchó un disparo que parecía escaparse por el lateral del campo hasta que Cheryshev puso el pie y desvió el balón al fondo de la red de Bravo. El gol desmontó al Barça. La desmoralización colectiva fue notoria y se pasó de los aplausos comprensivos hacia Suárez al murmullo porque no atinaba el 9. Tampoco había noticias de Neymar, reiterativo en las pérdidas, de manera que había que aguardar una jornada más a Messi.
Apareció el 10 por la derecha, tocó para Rafinha y el joven
interior, la única novedad en la alineación en perjuicio de Rakitic,
encontró un hueco para rematar con su zurda hacia el palo derecho de
Asenjo. Ningún defensa consiguió controlar el rechace del meta, que
quedó a merced de la voracidad de Neymar: 22 goles.
No quedaba ni un minuto para el descanso, de manera que respiró el
Barça. Igualado, el partido recuperó en la reanudación el guion del
inicio: apretaba el Barça, muy expuesto, y amenazaba el Villarreal. Muy
pocos equipos causan tanto pánico con y sin balón, en defensa y en
ataque, admirable en el despliegue, como el de Marcelino. Alcanzó con un
mal control de Piqué para constatar la calidad del Villarreal y el
arrebato del Barça. Giovani sancionó el error del central con una veloz
carrera, un regate al portero y una asistencia para Vietto: 1-2. Y, acto
seguido, cayeron dos goles como dos truenos protagonizados por Messi.
El 10 cabeceó un centro de Suárez, habilitado por Iniesta, y el
rechazo quedó para el tiro de Rafinha; después Messi puso el balón
desde el balcón del área al ángulo izquierdo de Asenjo tras ser rebanado
por Suárez.
El remonte azulgrana provocó la réplica del Villarreal y el partido
enloqueció, imposible para el árbitro —anuló un gol al Villarreal y no
vio un penalti a Neymar— descontrolado también para el Barça. No
encuentra el Barça la pausa para firmar sus mejores victorias, como la
conseguida ante el Villarreal, alcanzada por su determinación y carácter
y por la clase de Messi. El remonte fue tan lúcido como difícil resultó
la administración del triunfo en un final desbocado, más propio de la
Copa que de la Liga.
No hay comentarios:
Publicar un comentario