domingo, 15 de febrero de 2015

El Barça se toma la revancha en Badalona

Marcelinho conduce a los de Pascual a una contundente victoria ante un desconocido Joventut

Hannah intenta un pase ante la oposición de Pleiss. / Andreu Dalmau (EFE)

Sólo había perdido el Joventut un partido en su casa. Pero llegó el Barcelona con ganas de borrar aquella derrota de noviembre forjada con un baloncesto rápido y trepidante, alegre, y gracias a una canasta de Suton en el último minuto. Y esta Penya no fue aquella. No necesitaron los de Pascual tirar de épica. Tan solo imponer el orden, desde la defensa, desde el rebote, y dejarse guiar por un Marcelinho excelso. El acierto en el tiro hizo el resto. Se tomó la revancha el Barça en Badalona. Y se demostró a sí mismo que con trabajo es posible ganar también fuera de casa. Así sumó su 15ª victoria. Y empata con el Bilbao en la tercera plaza, buena manera de acercarse a las islas Canarias la semana próxima y soñar con ganar la Copa.
Los nervios, la tensión, dominaron el inicio del partido. Se sucedían los errores y las pérdidas de unos y otros. No existía el juego interior. No había asistencia alguna. Y la suerte se probaba desde los 6,75 metros. Así arrancó el encuentro: con un triple de Mallet. No acertó Doellman con su réplica, pero sí Hezonja unos minutos después. Fue un tanteo inicial que para nada hacía presagiar cómo crecería el Barcelona en los minutos sucesivos.
Las estadísticas lo dicen todo: 19 rebotes para La Penya, 46 para el Barcelona; 8 asistencias de los primeros, 19 de los segundos
Se empezaron a gustar los de Pascual cuando, además de afianzarse desde la línea exterior (13 triples en total), encontraron en Marcelinho un perfecto director de orquesta. Fue él quien obligó a sus compañeros a pisar la pintura más a menudo. Fue él quien encontró dispuestos a Pleiss, primero, a Nachbar, a Abrines y, muy a menudo a Doellman, acertadísimo (16 puntos). Gracias a su batuta y a la omnipresencia de Tomic, excelente en defensa, a la caza de todos los rebotes (a uno y otro lado de la cancha), afinado también en la pintura (15 puntos), logró el Barça entrar en el partido y marcar la pauta ya en el segundo cuarto.
La Penya no encontraba su juego, no ejercían de enlace sus bases, que hacían la guerra por su cuenta y riesgo, como ocurrió con Mallet (12 puntos, máximo anotador de su equipo) o Savané, y se encomendaba el equipo a tiros de tres que no entraban y a sumar de uno en uno al forzar las faltas. Les podían las prisas. Y no cazaban ni un rebote ofensivo. Una fiesta para el Barça, que llegó a marcharse de 21 puntos al borde del descanso gracias a un parcial de 0-13. Sólo en aquellos últimos minutos pareció espabilar La Penya, que había dejado olvidado en el vestuario su juego alegre, veloz. Lo quiso recuperar Mallet, anotaron Llovet y Suton de uno en uno, y aprovechó el juego interior Kirskay. Pero no había quien frenara a Huertas, tan elegante, tan oportuno. Aunque no todo fue sólo cosa de Huertas. El Barça parecía duplicar sus esfuerzos. Y todos funcionaban, también Satoransky o Hezonja (16 puntos, máximo anotador junto a Doellman).
Tras el descanso (26-45) siguieron enchufados los de Pascual. Oleson, ya recuperado, probó desde el perímetro. Tres puntos. Se revolvió Miralles. Pero nada. Y la transición del Barça, frenética, dio con la exhibición de Satoransky bajo la canasta. Lo volvía a intentar el Joventut, sin éxito. Y volvía a anotar el visitante: Doellman, Abrines... La suerte no acompañaba a los locales. El aro repelía cualquier intento. Apenas Suton tuvo buena fortuna. Las estadísticas lo dicen todo: 19 rebotes para La Penya, 46 para el Barcelona; 8 asistencias de los primeros, 19 de los segundos.

JOVENTUT, 61 - BARCELONA, 99

FIATC Joventut: Vidal (0), Llovet (5), Miralles (1), Hannah (9), Suton (9), Ventura (6), Savané (2), Kirksay (2), Barrera (6), Suárez (9), Mallet (1)2.
FC Barcelona: Doellman (16), Hezonja (16), Huertas (4), Abrines (11), Satoransky (6), Pleiss (7), Thomas (9), Oleson (5), Jackson (5), Nachbar (5), Tomic (15).
Parciales: 12-19, 14-26, 12-25, 23-29.

Y así, el Barça volvió a escaparse un poco más mientras la moral de los hombres dirigidos por Maldonado se hundía. El entrenador dio descanso a uno de sus mejores hombres, Savané; parecía inútil agotar su juego y sus minutos en un partido abocado al fracaso cuando la Copa del Rey está a la vuelta de la esquina. Y el encuentro fue pereciendo en el juego de muñeca de Doellman, merced a la conexión Huertas-Tomic, o el buen hacer de Hezonja, con Abrines o Pleiss en la cancha –y esta vez no desentonaron–; Ventura buscaba reducir distancias, forzaba tiros libres, intentaba escaparse. Pero nada impidió al Barcelona igualar e incluso superar (56-97, a falta de un minuto para el final) la máxima diferencia histórica (40 puntos) en un partido contra el Joventut. Lo hizo en 1979 y volvió a lograrlo, en esta ocasión con 41 puntos, este domingo en el Olímpic de Badalona.

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