viernes, 14 de diciembre de 2012


El impuesto de sociedades y la caída de la recaudación.
José Manuel Marañón
Este artículo es un resumen para publicación periodística del trabajo "El Impuesto de Sociedades, principal responsable de la crisis fiscal espoañola" que Manuel Lago ha escrito para la Fundación 1º de Mayo.

En medio de la vorágine de noticias, interpretaciones, predicciones…de esta dolorosa crisis que estamos viviendo, están pasando desapercibidos fenómenos como el decreciente peso del Impuesto de Sociedades (IS) en el conjunto de la recaudación fiscal.
En el año 2006, los impuestos recaudados alcanzaron los 183.525 millones de € que fue un máximo histórico.  Cinco años después, en 2011, la recaudación solo alcanzó 158.516 millones de €, lo que supone una reducción del 13,6%.
Las figuras fiscales, en España, son cinco: IRPF, IVA, Impuesto de Sociedades, Impuestos Especiales y Otros Impuestos. Los ingresos del IRPF crecieron un 6%, en el período 2006-2011. Lo recaudado por IVA bajó sólo ligeramente (-2%), mientras que lo recogido vía impuestos especiales creció un 2% y la categoría de “otros impuestos” subió un 5% Los fondos procedentes de estos cuatro impuestos derivan, en gran parte, de la mayoría de la gente que trabaja y consume.
Por el contrario, el Impuesto de Sociedades (IS) ha tenido una caída espectacular (-68%), pasando de 41.675 millones de € a 13.383 millones. Esto está provocando que el IS se esté convirtiendo en un impuesto cada vez menos relevante. Del 23% de aportación en 2006, se pasa hasta caer a un 8%. La respuesta simplista para explicar esta caída de ingresos es que las empresas ganan menos y, por lo tanto, la recaudación se reduce.
Es cierto que el resultado contable cae, pero solamente explica parte de la caída de la recaudación. Porque lo que sí es cierto, también, es que la base imponible del impuesto se reduce mucho más. El impuesto se ha ido haciendo más complejo y existe una enorme y prolija casuística por la que se reduce el resultado contable hasta llegar a la base imponible. De esa manera, en 2006 la base imponible era del 85% de los beneficios y en el año 2011 ya no llegaba al 50%. El porcentaje a pagar sobre esa base imponible sufrió una reducción nominal en 2007. Pasó del 35 al 30% para las grandes empresas y del 30 al 25% en las PYMES. Pero como sobre ese porcentaje se aplican numerosas desgravaciones, el tipo real de pago es muchísimo menor.  En 2006, el tipo medio era del 23% y en 2011, este tipo medio bajó hasta el 11,9%.
Pero la cifra global es también engañosa puesto que cuanto más grandes son las empresas menos impuestos pagan. Las grandes empresas españolas y las multinacionales que son las que se constituyen en grupos que consolidan sus estados financieros, tienen un tipo impositivo real tan bajo que es inaceptable incluso para el resto de las empresas porque supone una clara competencia desleal. El tipo efectivo sobre el beneficio declarado de los grupos consolidados fue del 5% en 2010 (últimos datos disponibles) mientras las empresas individuales tienen un tipo efectivo del 15,3%.
Es evidente, por lo tanto, la necesidad de una reforma estructural de nuestro sistema fiscal, de contenido profundo, que afecte a cada una de las figuras tributarias y que permita recuperar la suficiencia, equidad y transparencia en la recaudación tributaria.
Y posiblemente, la actuación sobre el IS es la que mayor relevancia tiene en la búsqueda de estos tres objetivos: aumentar la recaudación, lograr una distribución de la carga fiscal más justa y hacerla más transparente.
Esta imprescindible reforma del IS tiene que avanzar por el camino de ampliar su base imponible, para lo que es necesario desbrozar, podar y limpiar al máximo posible la amplia gama de ajustes y de deducciones. Y para eso la simplificación del impuesto es una herramienta fundamental, porque permite acabar con la maraña normativa en la que se instala la ingeniería fiscal, en especial de las grandes empresas.
Una simplificación necesaria también para facilitar la imprescindible labor de la inspección fiscal, que en la situación actual no tiene ni los medios ni los procedimientos para enfrentarse  de forma efectiva a esa maraña de ajustes y deducciones de la que se aprovechan las grandes empresas, en especial las multinacionales.
Vamos a plantear una propuesta para el debate, simple en su formulación pero trascendental en sus efectos. En la formulación extrema de esta propuesta de simplificación, se trataría de igualar el tipo nominal al tipo real. Los efectos en la recaudación del impuesto que tendría una reforma de este tipo se pueden cuantificar. En el conjunto del periodo 2007-2011, las empresas tributaron 101.421 millones de euros por el IS sociedades, lo que equivale a un tipo efectivo medio del impuesto del 11,9%. Pero si se le hubiera aplicado un 28,8% (tipo nominal medio), la recaudación hubiera sido de 242.801 millones de €, un 140% más.
Es cierto que igualar los tipos y hacerlo de inmediato es la versión extrema de la propuesta y, por lo tanto, es difícil e incluso indeseable por diversas razones; entre otras, que en la amplísima panoplia de ajustes y reducciones hay algunas con efectos positivos y que se podrían mantener, aunque graduándolas.
En todo caso, es imprescindible un debate profundo de  todas ellas en términos de coste/beneficio, valorando cuando cuestan en recaudación y cuales son los efectos reales de ese gasto fiscal en la economía española en los últimos años.
por todo lo  expuesto, hay que concluir diciendo que el objetivo de aproximar el tributo real al tipo nominal no solo es posible, sino que es imprescindible. Por eso lo que se propone es una aproximación que tiene un amplio recorrido en su objetivo y también en su calendario de ejecución, pudiéndose fijar metas intermedias en ese proceso de convergencia porque la capacidad recaudatoria de la reforma es muy importante. Sirva de ejemplo que si  se consiguiese reducir a la mitad ese diferencial entre el 11,9 % de tipo efectivo y el 28,5% del tipo nominal, la recaudación del impuesto de sociedades se incrementaría en cerca de 10.000 millones de euros cada año.

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